martes, 5 de febrero de 2013

Palabras necias

Estoy cansado de escuchar, me duelen los oídos, hoy en día la gente no cesa de hablar y hablar de cosas triviales, sacando aspectos detallados hasta de una salida a cagar del perro, hablar y hablar sin fin para ocultar el vacío existencial, de la falta de sueños, de pasión...porque ya nada es pasional. 
Mi única virtud, saber escuchar, se convirtió en mi mayor tortura, estaba rodeado de parlanchines que encontraban en mi al partenaire ideal, que callaba y escuchaba sin osar siquiera interrumpir la fútil verborrea incontenida.
Sigo escuchando aunque he aprendido a utilizar mi tiempo con los locuaces, antes al menos intentaba sacar conclusiones, ahora me dedico a dejar mi mente en blanco e intento entrar en el nirvana, tomando las palabras huecas y vacías como oraciones repetitivas que me lleven en volandas a la catarsis. Sigo escuchando, aunque un puñado de loros picaran y se me comieran las orejas.



* Imagen tomada de internet

miércoles, 26 de diciembre de 2012

Blues

                            

Las dos guitarras sonaban limpias en el aire, una con los arpegios y la otra con el punteo, y detrás batiendo la oscuridad elevaba sus notas solitarias el fliscorno, mientras una voz gutural repetía una letra que más bien se asemejaba a un quejido del alma. Los músicos que apenas se conocían entre sí se conjuntaban de tal forma que hacía estremecer el alma de una roca. Era un blues que en aquél antro, sin apenas público en una noche de invierno, invitaba a calentar el corazón a resguardo de la frialdad de las tinieblas. 

Y lloré, una única lágrima amarga y salada, encerrado en el laberinto descubrí que el blues era el camino...